Sintiendo todo tu amor y tu afecto, toda tu idolatría y tu ternura, siempre pensé que no necesitaba nada más. Oía en los instantes mas intensos, tu voz que me llamaba de la forma en que sólo tú sabías hacerlo y en aquellas situaciones en que nos encontrábamos tan desvalidos, también percibía tu forma de sentir como sólo tu sabías. Un día como cualquier otro, yo, decidí no quererte más, no se si fue puro cansancio o simple aburrimiento, lo cierto, es que aquel día, me marché de tu lado y me fui al lado de otra persona recién conocida. No lo pasé demasiado bien, pues la falta de conocimiento por ambas partes hizo que nos sintiéramos dos extraños. Varias semanas más tarde, supe de tí, de como te desenvolvías en tu nueva vida y como utilizabas todo ese poder que tenías, para salir airoso de la situación en la que yo te había desembocado. No todo quedó ahí, se que amores como el mío tuviste unos cuantos y que nunca te quedaste en la puerta de ningún sitio, que siempre pudiste percibir el momento en que la otra persona sólo quería, quererte. |
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